¡Las personas vitamina! ¡Esto sí que es un temazo y no el de tu grupo favorito! Estamos ante un concepto muy popularizado en los últimos tiempos y es genial hablar de cómo cuidarlas e identificarlas para aceptarnos, pero seguro que en este punto más de uno y más de dos están pensando: suena muy bien, pero ¿qué es una persona vitamina?
Pues mirad, explicándolo de una manera super rápida y simple os diré que las personas vitamina son esas que tienen una luz propia y que te multiplican las ganas de vivir.
Quiero que ahora tiréis de memoria y recordéis si en algún momento habéis conocido o compartido espacio vital con una persona que sea fiel a la siguiente descripción, ¿estás preparado? ¿Sí? ¡Pues vamos a por ello!
Una persona vitamina, es luz en estado puro, es inspiradora, te tranquiliza con solo escuchar un “hola” y antepone escucharte a bombardearte con mil conversaciones. La persona vitamina no pregunta “qué tal” de manera protocolaria, sino que espera que realmente le cuentes cómo estás porque está dispuesta a escucharte y dedicarte su tiempo.
Este tipo de personas trabajan en su inteligencia emocional y la emplean en tratar de conectar realmente con los demás. Son las encargadas de aportar dosis de buen rollo y positividad cuando parece que todo se nubla. No viven en la queja, observan las situaciones con perspectiva, ven el problema, pero ven aún más las posibles soluciones.
Y bueno, dicho todo lo anterior creo que está muy claro identificar si tenemos o no personas vitamina en nuestro entorno, ¿no? Claramente no nos sentimos igual cuando están a nuestro lado que cuando no lo están.
Seguramente, todos vosotros tenéis alguna persona vitamina en vuestra vida y no lo sabíais, pero no os preocupéis, lo que quiero que hoy os quede muy claro es el papel que juegan estas personas en nuestra vida y por qué es tan necesario que nosotros también las seamos.
Por lo general, las personas tendemos a irradiar dos tipos de energías:
- Una energía más negativa que conlleva sentimientos de estrés, ansiedad, queja…
- Una energía más positiva que se basa en la luz, la gratitud, el amor…
Sería genial que todos siempre irradiásemos la segunda energía, pero sería mentira si dijéramos que nunca experimentamos sentimientos de estrés o ansiedad, ¿verdad? Por lo que la diferencia en todo esto la marcará el cómo gestionemos la situación, es decir, tenemos dos opciones: podemos dejar que el pico de estrés nos gane la batalla, o darnos espacio, procesarlo y aunque vivamos ese momento de estrés no perder una comunicación empática con nuestro interlocutor… ¿esto es fácil? Pues ya os digo yo que no, pero imposible tampoco.
Básicamente tanto para acercarnos a una persona vitamina como para mantenerla en nuestra vida deberemos trabajar nuestra inteligencia emocional, y aquí voy a tratar de ser más clara aún que de costumbre: ¿vosotros querríais estar cerca de una persona que vive constantemente en la queja y en el problema? Supongo que ahora todos estaréis negando con la cabeza, así que, si vosotros no querríais estar cerca de la negatividad, la persona vitamina tampoco.
Desde ya os digo que estas personas no cogen la puerta y se van a la primera de cambio, su empatía y su parte emocional está tan desarrollada que no tirarán la toalla a la primera de cambio, pero igual que os digo una cosa os digo la otra, si vuestra actitud no cambia no os esperarán eternamente.
La actitud es básica en esta cuestión, ya sabes que siempre hablo de darle la vuelta a la situación y mirarla con otro prisma, así que una vez más te invito a darle la vuelta y a buscar a problemas soluciones. Y, sobre todo, debes conocerte, pasar tiempo contigo mismo y trabajar en ti. Ponte delante del espejo y mírate, pero mírate de verdad con todas tus luces y todas tus sombras, trabaja los posibles traumas que puedas llevar a tus espaldas y recuerda que como siempre te digo, en este camino del autoconocimiento no estás solo… así que, ¿te ves ya con fuerzas de buscar a tu persona vitamina?
Para acabar, como casi siempre, os dejo una frase que espero que os mueva un poco el corazón además de la razón y provoque ese cambio que os lleve a ser las personas con la dosis de vitaminas más altas del mundo.
“Que nadie se acerque jamás a ti, sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz” (Teresa de Calcuta)