“No es recomendable practicar sexo durante el embarazo”. Menuda afirmación con la que empezamos hoy, ¿verdad? Bueno, esta frase no la digo yo, es algo que creo que todos hemos escuchado o leído en algún momento de nuestra vida, pero… ¿cuánto de verdad hay en esas ocho palabras?
Sexo y embarazo nunca han ido de la mano porque los tabúes, la religión, creencias y falsos mitos se han encargado de separar a este fantástico dúo. Como en otras ocasiones vengo con un ejercicio práctico. Necesito que levantes un dedo de tu mano por cada afirmación que hayas escuchado en cuanto al sexo en el embarazo, ¿preparado? ¡Allá vamos!
- La penetración podría dañar al bebé.
- El esperma masculino puede tener repercusiones sobre el feto.
- Practicar sexo durante el embarazo es inmoral.
No me lo digas, ¿tres dedos levantados? Pues bien, te diré que salvo si estamos hablando en un embarazo de riesgo, en el resto de los casos es completamente recomendable practicar sexo durante la gestación.
Cierto es que la apetencia sexual en el embarazo puede disminuir, aunque variará según el trimestre en el que nos encontremos, ya que, por lo general, a partir del quinto mes ésta suele aumentar por la estimulación que ejerce el peso del feto sobre la vagina. Eso sí, independientemente de ello, es frecuente que la actividad sexual disminuya. Esto se debe a diversos factores que van desde que la mujer no se ve atractiva, pasando por la alteración hormonal, malestar por gestación no deseada, incertidumbre o incluso por ansiedad ante una pronta maternidad.
Al igual que muchas otras circunstancias en nuestra vida el embarazo distorsiona la frecuencia sexual, la capacidad para conseguir un orgasmo y la apetencia, pero esto nada tiene que ver con la abstinencia sexual.
De hecho, podríamos decir que al igual que en muchas otras situaciones relacionadas con el sexo, el gran problema viene de la falta de información o la información errónea que poseen las embarazadas y sus parejas. Y…de dónde viene esta información os preguntareis, pues bien, generalmente, se suele facilitar por parte de la matrona o el tocólogo en consulta y por desgracia suele ser una información en muchas ocasiones limitada e insuficiente, por lo que la persona acaba buscando esta información en otros canales no siempre bien documentados como pueden ser internet o su círculo cercano.
Durante el embarazo la mujer experimenta muchísimos cambios físicos y psicológicos que variarán en función del trimestre en el que se encuentre y que obviamente podrán afectar en mayor o menor medida a su apetencia sexual tal y como comentábamos un poco más arriba.
A continuación, os dejo un resumen de los cambios que podéis experimentar a nivel físico y psicológico durante el embarazo en función del trimestre en el que os encontréis para que además podáis ver cómo impacta todo ello en el deseo sexual.
- A nivel físico: En el primer trimestre son frecuentes las náuseas y vómitos, agudeza del olfato, aprensión por determinados olores y sabores, y somnolencia, provocan una disminución del deseo de la mujer. En el tercer trimestre estas molestias se superan, aumentando el deseo. Por lo tanto, con un asesoramiento postural adecuado, el sexo no sólo no va a suponer un problema para la pareja, sino que, gracias a que mejora la lubricación y hay una mayor vascularización genital y sensibilidad, puede ser muy placentero y beneficioso para madre e hijo, ya que segregamos hormonas beneficiosas para el feto. Esta situación se prolonga prácticamente hasta el último mes de gestación, en el que la movilidad con la que contamos se empieza a reducir, pero esto varía bastante dependiendo de cada mujer.
- A nivel psicológico: En el primer trimestre, y sobre todo si se trata de madres primerizas, aparece miedo, temor y ansiedad, lo que provoca una disminución de la libido. En el segundo trimestre suele haber un aumento del estado de ánimo general, porque se atenúa el malestar del primer trimestre, se empiezan a notar los primeros movimientos fetales y se puede conocer el sexo del feto, lo que favorece las relaciones sexuales. En el tercer trimestre, los cambios físicos, muchos más notables que en los anteriores, pueden provocar una disminución de la autoestima y aumento de la ansiedad y nerviosismo por la llegada del parto (especialmente en el último mes), lo que provoca de nuevo una disminución del deseo sexual.
Al igual que en otros temas tratados en los post el resumen es el mismo, lo importante es informarse y pedir ayuda siempre que se considere necesario. El embarazo es una época de grandes cambios para la mujer y esto sumado a un mundo en constante movimiento donde la información va y viene y por lo general por el camino no se entretiene, pero sí se pierde, es importante que te dirijas a profesionales que puedan asesorarte y esclarecer todas esas dudas que están rondando tu cabeza. Como siempre te digo, no está sola, en consulta estaré encantada de ayudarte y guiarte en esta nueva etapa también a nivel sexual.