Por naturaleza, el ser humano siempre ha tenido la necesidad de pertenecer a un todo, pero ¿creéis que en la actualidad esto puede estar cambiando?
Por ejemplo, cuando miramos vacantes para posibles futuras oportunidades laborales observamos que generalmente una de las aptitudes que más se piden es la facilidad para trabajar en equipo. Y obviamente, es natural que como empresas este sea un valor tan demandado entre sus candidatos, pero… ¿luego se potencia que prevalezca el equipo sobre la persona?
Generalmente, en las empresas se especifican muchos objetivos individuales que la persona tratará de conseguir para destacar o incluso para conservar su estatus laboral, pero en ocasiones esto puede entrar en conflicto con el trabajo en equipo.
Y bueno, de esta manera lo vemos en el ámbito laboral, pero si lo enfocamos en el ámbito personal… ¿no creéis que cada vez más cada uno va más a la suya? o ¿que cada vez existe una menor necesidad de pertenencia? Por no hablar del imperioso deseo de destacar, de conseguir más y más por encima de quien sea.
Desde pequeños nos sale la competitividad por los poros, porque, aunque no quieras, el sistema está diseñado de esa manera e inconscientemente acabas buscando tu mejor versión a costa de lo que sea. Sin embargo, yo me pregunto ¿alguien nos prepara para manejar nuestras emociones cuando después de competir los resultados no son los esperados? No hace falta que contestéis, ya os digo yo que no.
Tengo la sensación de que aquellos valores de los que se hablaba hace años y que tan patentes estaban en la sociedad, cada vez se van dispersando un poco más y todo es válido en nombre de la evolución, aunque con ello solo consigamos separarnos más y no llegar a puntos de encuentro.
¿Recordáis aquel texto en el que hablábamos sobre la tecnología y la importancia del móvil en nuestras vidas? ¿Sí? Pues aquí os dejo una pregunta y ya me vais diciendo… ¿no creéis que quizá la tecnología pueda incidir en este tema? Seguramente, ésta se diseñó para hacernos la vida más fácil y ya de paso acercarnos, pero quizá cada vez más nos está alejando. O también puede ser que sí pueda acercarnos, pero somos nosotros los que cada vez ponemos más barreras con nosotros mismos y nuestro entorno.
Aunque si somos autocríticos tampoco va a ser la tecnología ahora la mala de la película, ¿no? Y bueno, tampoco puedo afirmar rotundamente que la competitividad sea un horror, pero creo que sí es importante que te plantees lo siguiente: ¿dónde acabas tú como individuo y empiezas tú como equipo?
Quizá el tema de hoy nos lleva a muchas preguntas que nos cuesta contestar o que nos pueden dar muchos puntos de vista diferentes, pero lo que sí que me gustaría dejar por aquí para que puedas pensar en ello cuando tengas un hueco es lo siguiente: ¿Crees que necesitas apagar el brillo de alguien para brillar tú? ¿te reconforta más cuando ganas solo o cuando ganas en equipo?
Y como ya sabéis que me gustan mucho las frases, os dejo esta última para que os sirva como una pequeña perla reflexiva que pueda iniciar un dilema moral en vuestras cabezas:
“Si quieres llegar rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, trabaja en equipo”.