¿Alguna vez os ha pasado que hablando con un compañero de trabajo o con una persona nueva que habéis conocido habéis llegado a la conclusión de que teníais una persona en común y obviamente no lo sabíais? O ¿has acabado alguna vez una conversación con un contacto nuevo con la frase “es que el mundo es un pañuelo”? Pues si quieres saber más sobre todo esto te recomiendo que sigas leyendo.
No sé si habéis oído hablar de la teoría de los seis grados de separación, pero básicamente, trata de explicar que una persona puede conectar con otra persona del planeta a través de una red de cinco contactos intermedios… ¿cómo te quedas?
Esta teoría ha sido sometida a distintos experimentos a lo largo de los años y aunque obviamente estas comunicaciones se ralentizan o pueden incluir un mayor número de intermediarios en países en guerra o con situaciones complicadas, por lo general, está probado que estamos a 5 personas de distancia de otra en el planeta.
Pero claro, hasta aquí estamos hablando a la antigua usanza porque si ya nos metemos con las redes sociales de por medio, estaríamos a 3,74 personas de Facebook de otra, ¿cómo te quedas? ¿te está explotando un poco a la cabeza? Porque a mí sí.
Dicho todo esto, supongo que ahora sabrás por dónde va el título, ¿no?
Imagina que conoces a una persona nueva, por ejemplo, a través de una app de citas… ¿quién ha movido los hilos: la coincidencia o el algoritmo? Pues bueno, yo no sé si tengo la respuesta correcta lo que si vengo es a daros mi opinión como en tantos otros temas.
Si seguimos la explicación de la teoría de los seis grados sería una cuestión de conexión, ¿no? Pero claro, quizá os hubieseis conocido igualmente, pero en momentos diferentes o vuestra predisposición no hubiera sido la misma.
Entonces… ¿qué papel juega el algoritmo en todo esto? Supongo que tiende a acercarte a aquellas personas con las que conectarías más (aunque a veces se equivoque un poco) y supongo que aprovecha el que ambos estéis en el escenario perfecto y buscando en el mismo sitio, porque claro… ¡pídele tú a la teoría de los seis grados que mueva sus engranajes cuando ni tú mismo sabes dónde estás!
Supongo que, si ahora mismo estuviéramos debatiendo esto en un bar con unas cañas, la conversación se estaría volviendo cada vez más interesante. Sin embargo, estamos aquí, en mi momento monólogo así que espero no dejarme nada en el tintero.
Ahora quiero que te pongas en situación, ¿vale? Imagina que conoces a través de una aplicación a una persona, empezáis a hablar, quedáis y en medio de esa agradable conversación resulta que os dais cuenta de que, ambos tenéis una persona en común (esta persona puede ser tanto un amigo, un conocido, como el dueño del bar al que ambos vais), ahí está clara la teoría de los seis grados, ¿no? Mi pregunta es: ¿Os habríais conocido igualmente si no fuera por el algoritmo? Pues bueno, yo no sé si tengo la respuesta correcta, pero creo que si nos basamos en la teoría seguramente sí os hubieseis conocido, pero… ¿cuándo? No lo sé, quizá en un mes, un año, dos, o diez. Y dicho esto ahí va la siguiente pregunta: ¿estaríais buscando los dos lo mismo cuando os conocierais? Pues puede que sí o puede que no.
Así que bueno, realmente no sé qué contestaros a la pregunta que titula el texto de hoy, puede que sea una mera coincidencia, que esté el algoritmo por ahí haciendo de las suyas o que realmente estemos todos conectados por 6 eslabones, el caso, es que sea lo que sea, buscad y quedaos con lo que más os llene y por supuesto siempre estad abiertos a las maravillosas sorpresas que la vida pone en nuestro camino, ya vengan de un algoritmo o de una coincidencia.