Hace unas semanas, mientras disfrutaba de unos días con amigos, se originó un debate alrededor de dos disfunciones sexuales: la anorgasmia y la frigidez y bueno, seguramente ahora estaréis pensando que cuál era ese debate, ¿no? Básicamente teníamos dos equipos: el que afirmaba que ambos conceptos eran lo mismo y aquellos otros que consideraban, aún sin saber razonar muy bien cómo, que ambos términos se diferenciaban en algo más que solo en sus letras. Así que vosotros qué decís: ¿Son lo mismo anorgasmia y frigidez? Fiel a mi estilo os haré un pequeño spoiler: no, no lo son.
Soy consciente de que ambos términos se han concebido erróneamente como primos hermanos, pero bueno, ¿qué es la vida sino darnos cuenta, algunas veces, de que lo que parecía “a” quizá está más cerca de “b”?
A lo largo del tiempo, muchos estudios han puesto su foco tanto en la anorgasmia como en la frigidez y como consecuencia de ellos se ha podido determinar que, aunque pueden parecer lo mismo, realmente no lo son. Así que, como no puede ser de otro modo, voy a explicarte que son cada una de estas disfunciones para que en el próximo debate que se genere en tu entorno tengas el 100% de los conocimientos y puedas hacer un speech digno de una convención de sexólogos.
La anorgasmia es la ausencia de orgasmo en las relaciones, pero… ¿quiere esto decir que las mujeres con anorgasmia no tienen sensibilidad en las relaciones? No, una mujer que padezca esta disfunción puede disfrutar del encuentro sexual, sin embargo, nunca llegará al clímax. Esta incapacidad para llegar al orgasmo puede venir de muchos factores: sociales, psicológicos, ingesta de algunos medicamentos, drogas o alcohol, etapas del desarrollo hormonal…
Y bueno, esta es la explicación pura y dura del término, pero ¿cuáles son las consecuencias que no se ven detrás de esta disfunción? Vivimos en una sociedad en la que cuando hablamos de sexo el término con el que suele hacer binomio es el de orgasmo. Estas mujeres que son incapaces de obtenerlo se sienten rechazadas y tratan de ocultar su problema encerrándose en sí mismas y no compartiéndolo si quiera con su pareja. En muchas ocasiones, incluso se finge el orgasmo para tratar de desvincularse del problema y se acostumbran a convivir con esa disfunción de la manera que creen más correcta. Pero quiero que, si al leer estas líneas te has sentido identificada o conoces a alguien que pueda identificarse con esta disfunción, te quede muy claro que la anorgasmia no es un estado final, en terapia se puede tratar y solucionar, de verdad, no estás sola.
El primer paso como siempre es saber ver que hay algo que ahora mismo no está bien, y el segundo paso es pedir ayuda. En Carol Armero sexóloga te escucharé, analizaré tu caso de manera individualizada y empezaremos con una terapia 100% adaptada a tus necesidades. Solo necesitaré el compromiso por tu parte, del resto me encargo yo.
Hablemos ahora de la segunda disfunción que nos traía hoy aquí: La frigidez, que básicamente es la falta de deseo sexual. ¿Veis ya clara la diferencia con la anorgasmia? En este caso los factores que la provocan suelen dividirse en dos bloques: físicos y psíquicos. Dentro de los primeros encontraremos lesiones derivadas del sistema nervioso, desórdenes en el sistema endocrino, anemia… Si hablamos de los psíquicos suelen venir de una mala estimulación sexual, estrés, discusiones o problemas de comunicación en la pareja, depresiones, traumas…
Algo muy característico de este término y que bajo mi punto de vista no es nada positivo, es que tiene una connotación muy negativa además de ir asociado inconscientemente a la mujer. En uno de sus estudios, la profesora Leyva, especialista en sexología clínica, indicaba que frígida quiere decir fría o helada, sin embargo, cuando hablamos de una mujer que sufre frigidez, dichos adjetivos no la hacen justicia, ya que son mujeres que saben dar afecto y disfrutar de otras vivencias que no tienen relación con el sexo.
Igual que en el caso anterior te diré que estoy aquí y que como profesional puedo brindarte la ayuda que necesitas. Te escucharé y conseguiremos adaptar la terapia a tu caso para que el éxito esté asegurado. Eso sí, en consulta no hablaremos de frigidez sino de anafrodisia, que es el término que utilizamos como diagnóstico profesional y que está libre de connotaciones machistas.
Estoy segura de que, tras esta masterclass estás super preparado para hablar con más propiedad y recuerda que quién tiene un problema es aquel que no lo reconoce, así que estamos a una llamada de distancia.
Me interesa mucho este articulo
Hola Noelia, Mándanos un email a info@carolarmero.com y estaremos encantados de atenderte.